martes, 9 de septiembre de 2014

Werther: ¿Cursi, romántico, o sentimental?

Si algo he aprendido en esta corta vida, además de que no existen los dueños de la verdad absoluta (ni Jesús, ni Nietzsche, ni Gustavo Cerati), es que el amor es una perra caprichosa… Offtopic, esto me recuerda a una frase de LOST; cuando Benjamin Linus, el otrora antagonista de la historia, se revela como un simple peón de las necesidades de la “isla”, o más bien, de su líder, Jacob… Entonces dice: “Destiny is a fickle bitch”




            Lo mismo se puede decir de los sentimientos. Justo acabo de leer Las cuitas del joven Werther, del escritor-del-cual-nunca-he-averiguado-bien-como-se-pronuncia-su-nombre, Goethe; probablemente hubiera sido mi libro favorito si lo hubiera leído cuando tenía quince años, cuando mi corazón ardía en el fuego del amor no correspondido.  Pero no. Recién lo leí, a los veintidós años, justo cuando he llegado a la conclusión de que, en efecto, el amor es una perra caprichosa, una zorra que maneja los hilos, que nos mueve o nos inmoviliza. Una de mis pinturas favoritas es El amor victorioso de Caravaggio


            ¿Por qué? Véanlo bien: el niño no es un Cupido genérico de los que se venían manejando en el medioevo, cuando todos ellos eran simplones niños de cabellos dorados, piel de porcelana y mejillas rosadas. No; éste es un niño travieso, sucio, no es el más guapo ni mucho menos. Es un niño que en cualquier momento te puedes encontrar en la calle, con la misma sonrisa libertina. Caravaggio sabía bien que el amor es un niño caprichoso, no uno bello ni pulcro; es la clase de niño que, en una lluvia torrencial, prefiere mojarse que esconderse en un techo seguro. El amor nos empuja a mojarnos, aunque no queramos :( (If you know what I mean… :) )

            He visto que mucha gente confunde los términos cursi, sentimental y romántico. Es normal, dado que mucha gente, que no debería tener permitido tener una lugar privilegiado en la televisión y la radio, usan aquellos términos como si fueran sinónimos. Cada término tiene su significado exclusivo, y quien los confunde y los usa arbitrariamente, es que no tiene idea de qué está hablando. Y cuando no sabes definir tus sentimientos con las palabras precisas, entonces puede que tengas un problema.

            De una vez digo que no soy para nada experto en el tema, y que, como dije en el principio, nadie es dueño de la verdad… y mucho menos lo será quien escribe en sus ratos “libres”. Pero a ver… Hablando del Werther, ésta es la novela romántica por excelencia: la pionera, quizás no la primera pero si la más conocida que hable sobre este aspecto trágico del amor: el amor no correspondido, el amor extramarital, la exaltación de los sentimientos amorosos hasta el punto de la exageración… Como dije, esta novela me hubiera encantado a los quince años; ¿por qué? Primero, porque su principal público es el joven enamorado (y me parece obvio que si es joven y está enamorado, es que también sufre), el idealista, el pacifista. Es también una novela que favorece a los desprotegidos: los pobres, los niños, los locos… ¿Es Werther un pobre niño loco? Es un pintor y un artista, ¿y qué características tienen los artistas en común? Lo primero que viene a la mente es aquella idea estereotipada del loco como artista, como persona que ve la realidad desde perspectivas que la gente “normal” no puede verla… Otra cosa: los artistas son como niños, ¿no es esa otra idea estereotipada? Y al último, algo que no es una idea estereotipada, porque es la pura verdad: el artista es pobre. ¿Quiere decir que Werther, al defender a los pobres, a los niños y a los locos, se está defendiendo a sí mismo?

            Quizás son ideas anacrónicas: lo que sí estoy seguro es que me parece que muchos “artistas” tomaron como molde a Werther para desempeñarse en sus disciplinas. Tal vez Goethe es culpable indirecto de aquel lugar común: del artista enamoradizo y pasional, que tiene como musa (o muso) a alguien inalcanzable, y en su dolor, escribe, pinta o compone obras de arte.

            El romanticismo es una corriente literaria, sí; no quiero escribir lo mismo que en mil portales de internet ya se resume, pero para acabar pronto, Werther  es la novela romántica por excelencia: los sentimientos son tan enardecidos que llegan a un nivel hiperbólico, y éstos, ya sean alegres o tristes, se mimetizan con la naturaleza: cuando Werther está feliz, es verano. Cuando está triste y decide suicidarse, es invierno.

Quizás la confusión viene a la hora de etiquetar las películas en géneros (cosa que yo encuentro inútil): “romance movies” o “comedias románticas”. Éstas son historias de amor en toda regla, pero cuando alguien dice “novela romántica”, no necesariamente es una historia de amor (aunque, ¿qué libro no incluye una historia de amor?). El adjetivo “romántico”, en toda regla, significa algo relacionado al romanticismo, o que incluye alguna de sus características… las cuales no enlistaré aquí, porque para eso está Wikipedia.

En cuanto a lo “sentimental”, generalmente se atribuye este adjetivo a las personas que tienden a ser sensibles. La RAE lo define así:

sentimental.
(De sentimiento).
1. adj. Que alberga o suscita sentimientos tiernos o amorosos.
2. adj. Propenso a tales sentimientos. U. t. c. s.
3. adj. Perteneciente o relativo al sentimiento. Educación sentimental.
4. adj. Exagerado en la expresión de sus sentimientos. U. t. c. s.
5. adj. eufem. Correspondiente a las relaciones amorosas sin vínculos regulados por la ley. Experiencias, relaciones sentimentales.

            Es curiosa la primera definición: porque ya desde ahí aparece la idea generalizada de la persona sentimental: no necesariamente es una persona que tiene el sentimiento a flor de piel, sino que, al menos, aquel sentimiento casi siempre es de carácter amoroso. Pero, ahora que lo pienso, ¿el amor no nos provoca todos los sentimientos? ¿No el amor también nos suscita, en algun momento, ira, celos, melancolía, euforia?

            Existe también la novela sentimental. No es una corriente, como en el caso del romanticismo: es un tipo de novela que se cultivó en el prerrenacimiento o renacimiento, sobre todo en España, y casi siempre son de carácter trágico. Un ejemplo sería Cárcel de amor (ya desde el nombre suena trágico, ¿no?)

            Lo que sí sé con certeza es que no existe una clasificación de “novela cursi” o así. Porque la cursilería es una palabra que alberga todos los valores negativos del sentimental y el romántico:
          
  cursi.
(Etim. disc.).
1. adj. Se dice de un artista o de un escritor, o de sus obras, cuando en vano pretenden mostrar refinamiento expresivo o sentimientos elevados.
2. adj. coloq. Dicho de una persona: Que presume de fina y elegante sin serlo. U. t. c. s.
3. adj. coloq. Dicho de una cosa: Que, con apariencia de elegancia o riqueza, es ridícula y de mal gusto.

            El cursi es el empalagoso, el zalamero, el afectado: quien es tan fingido y poco natural que es inverosímil y nos produce aversión. ¿Cómo evitar lo cursi?

            Una buena “comedia romántica” es As Good As It Gets. En México le pusieron Mejor… imposible. Jack Nicholson es un escritor de novelas rosas pero que curiosamente es el ser más misógino y maniático que existe; tiene un trastorno obsesivo-compulsivo y el psiquiatra le receta pastillas que él se niega a tomar. However, se enamora de la mesera (Helen Hunt) del restaurante que más frecuenta. En una serie de eventos desafortunados que no escribiré aquí por hueva falta de espacio, realizan un viaje en compañía de un hombre que podría ser la pareja perfecta de la mesera si no hubiera decidido ser gay; y en ese mismo viaje, el escritor confirma lo que no quería reconocer: que está enamorado.

            Tal como lo escribí suena como la historia más cursi posible, con un final predecible y escenas para decir “awww qué pendejo”.  Pero no. Es una gran película, ¿por qué? Porque sus personajes son humanos. Están mejor construidos que todos los personajes de Bajo la misma estrella; porque no, el escritor misógino no es sólo un hombre amargado con la vida, y la mesera, que también es mamá soltera, no es sólo una mujer independiente que se gana por sí sola el pan de cada día: son más que eso. Una de mis escenas favoritas es cuando el escritor está cantando Always look on the bright side of life mientras toca el piano: la canción tiene la letra más optimista (y también pesimista) que se puedan imaginar, y en voz de aquel hombre, parece casi una ironía. Pero luego vemos escenas donde se encariña con un perro que su vecino gay le pide que cuide. El perro le toma cariño al escritor e incluso llega a tener sus mismas manías. El escritor se encariña del perro de una manera que nunca lo vemos con otro ser humano.

            La escena “aaaw” de la película, y mi favorita, es cuando Jack y Helen (no recuerdo los nombres de los personajes, lo siento) deciden cenar en un restaurante. Jack se ve muy nervioso, pero decide soltarlo todo: que la razón por la cual frecuentaba el restaurante, era para verla a ella (a pesar de que ahí la trataba como una mesera cualquiera), y desde que la conoció, ha empezado a tomar las pastillas que él se negaba a tomar; las pastillas que el doctor le recetaba para su trastorno compulsivo. En otras palabras…


            Claro que es una escena sentimental, pero no es cursi; porque durante toda la historia vemos las tribulaciones de ambos, las dificultades monetarias y la soledad que Helen siente, la dificultad que tiene Jack para relacionarse con las personas… Helen ha estado esperando la llegada de su “principe azul”, pero no quiere hacerse a la idea de que ese “principe” es este viejo amargado. Es un “amor” imperfecto; no es un amor juvenil, ideal y tórrido como en las malas comedias románticas. Es un “amor” de dos personas ya en sus cincuentas, con miles de preocupaciones y responsabilidades encima. Pongo entre comillas la palabra “amor” porque, ¿realmente estamos hablando de amor o de enamoramiento? No quiero decir en qué acaba la película, aunque no es difícil suponerlo…  

            Regresando al Werther, cualquier lector casual que lo lea podría pensar que tiene todos los lugares comunes de las historias de amor… ¡Pero claro, es la historia madre de todas ellas! Si tomamos lo mejor del idealismo de Werther, podemos encontrarnos con pensamientos filosóficos y morales que nos pueden acompañar toda la vida. Si tomamos lo peor, si vemos su suicidio como una decisión cobarde más que valiente, entonces podemos acusar a Werther de los suicidios y los enamoramientos idealizados que inundan nuestra civilización occidental :/

Lucho: Pero, ¿cómo puedes insinuar que el suicidio de Werther es una decisión valiente? ¿Estás haciendo una apología del suicidio?

            Pongámonos en los pies de Werther. Es un hombre cuyo valor más preciado es su libertad. Un hombre libre, ¿no sería preciado para él decidir en qué momento terminar su vida? Podríamos pensar que lo hizo por los motivos equivocados: si ahora nos dicen que alguien se mató por la mujer que ama, entonces podríamos decir que es un imbécil (yo lo diría). Pero, si se lee Werther como una simple historia de amor, entonces la estamos leyendo por encima. La finalidad de Werther es permanecer invicto con sus propias ideas y recuperar la inocencia. Para Werther, enamorarse es una determinación, no un accidente. Decide suicidarse no sólo porque Carlota no la ama; también porque prefiere hacerlo antes de perder su pureza, antes de caer en el amor extramarital, antes de ser el “plato de segunda mesa”. ¿Y qué significa ser el “plato de segunda mesa”? Pues ser uno más en el mundo, un individuo ordinario. Y Werther es un espíritu libre, un hombre que prefiere mojarse en la lluvia antes de protegerse en un techo. Puesto así hasta yo preferiria suicidarme :p

            Hay otras cosas que se pueden decir de Werther: que la historia aparente es su amor a Carlota, pero la verdadera historia es su comunión con la naturaleza. Que para él, la muerte es sólo la recuperación de la totalidad, la verdadera vida eterna. Que Werther también se suicide es porque él, al igual que Madame Bovary y Anna Karenina, son personajes aburridos metafísicamente: personajes que, para ellos, el mundo no basta. El mundo no los merece :(


            Tengo sentimientos encontrados con Werther. Mi lado infantil e idealista leyó encantado el libro. Mi lado más frío y racional no está tan impresionado. Supongo que Werther  es un mejor libro si se lee cuando uno está enamorado (aunque yo siempre lo estoy :p), cuando uno es joven, flaco, ojeroso y sin ilusiones. En el sentido pragmático, me parece aborrecible su suicidio. En un sentido más idealista, su suicidio me parece como el único fin justo para su vida. El mundo podría dividirse en los que simpatizan con Werther y los que no, en los saben distinguir entre sentimentalismo y cursilería y los que no. Aún así,  el amor sigue siendo una perra caprichosa.



PD: ¿Les spoileé Werther? No me importa. 

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